Para este nuevo día en mi diario de aprendizaje vamos a centrarnos en una reflexión sobre lo indicado en la siguiente noticia:
https://elpais.com/economia/2024-09-18/la-brecha-salarial-de-genero-se-reduce-diez-puntos-en-una-decada-en-espana-hasta-el-87.html
Por lo que podemos apreciar, a lo largo de los últimos diez años la brecha salarial entre mujeres y hombres ha disminuido bastante. Sin embargo, aunque reducida, esta diferencia está aún lejos de ser óptima. Por ejemplo, las mujeres más jóvenes ganan más que los hombres jóvenes, pero en el caso de las mujeres de mayor edad pasa al contrario.
En esta reflexión voy a explorar cómo la socialización de género desde la niñez afecta a la desigualdad salarial y qué camino deberíamos tomar para poder alcanzar una igualdad plena.
Las principales desigualdades evidenciadas en la noticia son:
-Diferencia salarial entre mujeres y hombres: A pesar de que en los últimos diez años se ha reducido esta brecha, todavía hay mucha diferencia entre los salarios sobretodo de las personas mayores.
-Desigualdad por tipo de jornada: Las mujeres que trabajan a media jornada sufren una brecha salarial más grande que las que trabajan a jornada completa.
- Diferencias dependiendo de la edad: En las mujeres jóvenes la brecha de salarios casi no existe o incluso llegan a cobrar más que los hombres, pero para las mujeres mayores sigue siendo muy alta esta brecha.
Socialización diferencial de niñas y niños como origen de las desigualdades:
Creo que la socialización diferencial es muy importante en el origen de las desigualdades de género. Desde pequeños a las niñas y niños se les educa para que tengan actitudes diferentes con respecto a la vida. A las niñas se les suele pedir que sean amables, tranquilas, cariñosas, responsables del hogar y cuidadoras. En cambio a los niños se les enseña a ser más directos, competitivos y a no mostrar sus sentimientos. Esta diferencia de trato entre uno y otro repercute en las decisiones y actitudes que tienen una vez llegados a la vida adulta, como por ejemplo la carrera que eligen estudiar, el rol en el ámbito doméstico o los tipos de trabajo elegidos. Las mujeres, en muchísimos casos, se ven presionadas a dedicar su vida a la familia o compaginarlo con trabajos a tiempo parcial, por lo que esto repercute negativamente en su formación y carrera profesional y, por consiguiente, en su salario.
Por ese mismo motivo, al envejecer, las mujeres tienden a tener trabajos menos importantes o no ocupar posiciones altas ya que, a causa de las expectativas de género, han tenido que elegir caminos que pudieran compatibilizar con sus "deberes familiares".
Estrategia para acabar con las desigualdades:
Opino que deberían implementar políticas que promuevan la conciliación de la vida laboral y personal que sea igual para las mujeres y los hombres. Como por ejemplo: Incentivos para ser corresponsables en el hogar, para que tanto las mujeres como los hombres puedan asumir en igualdad de condiciones las tareas del hogar y el cuidado de los hijos para que no recaiga la mayor parte de la responsabilidad en la mujer. También se podrían presentar ayudas para que las mujeres puedan ocupar más puestos de responsabilidad. Otra opción es el tema de la flexibilidad en el horario de trabajo para ambos, para que puedan ascender en su carrera sin sacrificar su vida familiar.
Volviendo al tema de la noticia me resulta esperanzador que las generaciones más jóvenes de mujeres están logrando avances en la igualdad salarial gracias a tener un nivel educativo más alto. Aunque aún nos queda un largo camino que recorrer ya que la desigualdad es más que evidente aún en las mujeres más mayores. Esto me hace pensar que el sistema aún no está arreglado ya que, con el tiempo, al final termina perjudicando a la mujer conforme va envejeciendo. Puede que, simplemente, parezca que el problema se está arreglando porque no se refleja aún en las chicas más jóvenes porque el ritmo de vida ha cambiado mucho en estos años, la gente se independiza y tiene hijos más tarde, por lo que las responsabilidades familiares aparecen con edades más avanzadas a cuando aparecían hace unos años.
En resumen, aunque hay avances claros y la situación está mejorando, la brecha salarial nos recuerda que aún tenemos un largo camino que recorrer en dirección a la igualdad. La educación es una gran aportación, pero no es suficiente. Necesitamos cambios más significativos que permita a las mujeres avanzar y alcanzar la plena igualdad real, sin un sistema que las penalice por el hecho de ser mujeres o el simple hecho de envejecer.
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